Decía
el poeta inglés John Donne que todos los corazones son corazones
rotos. Porque el amor no cabe en ningún sitio, desborda incontenible
cualquier posibilidad de ser encerrado. Decía
también que los corazones no se rompen en el desengaño o el adiós
sino mucho antes, en lo
más alto y
perfecto
de la
emoción. Cuando todo desborda y todo se rompe.
Quizás
sea por ello que no hay nada que arreglar y solo nos quede aprender a
convivir con las grietas, convertirlas en ventanas, en puertas
abiertas, en espacios aéreos donde salir a respirar. Bosques, selvas,
amazónicos corazones agrietados reclamando su propia leyenda, playas
heladas abriéndose camino más
allá de toda lógica. Y recordar entonces que si no somos libres no somos.
Que solo la libertad nos conduce al centro mismo de la emoción que nos desborda y nos rompe. Que rotos así, por fin, nos convertimos en polvo de estrellas y sangre, en partículas perfectas unidas siempre por los lazos de la libertad. La única frontera que acepto. Mi único regalo para ti ahora que te echo tanto de menos. Solo que volvieras a explicarme tus historias insensatas justificaría las grietas de esta cárcel.
Es
conveniente entonces elaborar la lista de los momentos felices, los
momentos cortina que disimulan una grieta, los momentos manta que nos
cobijan cuando el frío se cuela y parece ganar la desilusión o la
tristeza. No parece que haya nada en la lista de los momentos felices
capaz de esquivar la nostalgia, la añoranza. Esa manera evidente e
inevitable de echar de menos en medio de la nada.
A
veces un corazón en pleno ataque de nostalgia, que repasa los
momentos felices que lo desbordaron, que te recuerda impaciente
siempre a mi lado, siempre conmigo, se parece a un espejo roto que
refleja el mundo inverso donde seguimos juntos, ajenos a cualquier intento de separarnos o de hacernos prisioneros.
Y sin embargo aquí están, los repaso, los recuerdo, los momentos felices que fuimos antes de rompernos. La historia inacabada de una grieta en el tiempo. Unir los puntos que forman todos nuestros momentos felices para ver si el dibujo tiene sentido. Si algo tiene sentido. Si el alma inquieta descubre cómo escapar de todos los sinsentidos.
La certeza insomne de que todo fue real, de que exististe. Que existimos, un día. Que todo lo rompí.
A pesar de todos los poetas ingleses, a pesar de todo, solo tú sigues teniendo sentido.