domingo, 8 de marzo de 2020

TE EXPLICARÉ LA VERDAD DE TODAS MIS HUÍDAS


Todos los viajes los hago contigo incluso si no vienes conmigo. Escucho tus mensajes de voz más antiguos siempre que el avión despega o aterriza como si solo tu voz pudiera guiarme a través de las nubes y los miedos. Me duermo en un recuerdo feliz, lejano.

Juego a perderme en las calles de todas las ciudades que me hubiera gustado enseñarte antes de que empezaras a odiarme. Todo fue siempre cuestión de tiempo, cuestión de espacio, cuestión de caos, de lazos rotos, de estrellas lejanas, de no explicarte toda la verdad y seguir jugando a perderme en las calles de las ciudades donde me escapo.

Imagino que te cuento historias aunque no vengas conmigo. El sol de Dublin, tímido, no llega a consolarme. Me siento ante la estatua de Oscar Wilde, provocador y rebelde, te explico un par de cosas de su vida, que las flores amarillas del jardín son narcisos que anuncian una falsa primavera. Te llevaría a Beirut porque hay un atardecer que llevaba tu nombre desde antes de conocerte. Te llevaría a Essaouira para que lucharas contra el viento y ganaras. Siempre ganas. París desafinado. Londres siempre y todavía. El templo de Dendera, Hathor tatuada en mi pierna y en mi alma. Acantilados escoceses. Selvas. Desiertos. Auroras boreales. ¿Dónde querías que fuéramos? Sigo imaginando que nos vamos.

Tengo frío. Sigue sin importarte que tenga frío. No estás. No sé si alguna vez has estado. Me gustaría que me explicaras historias de ciudades inventadas, que imaginaras leyendas de piedras y castillos, de vidas antiguas, que yo me las creyera porque me las cuentas tú.

Invéntate un cuento que explique todo lo que no tiene respuesta.
Explícame una historia con la que pueda dormirme y no tener pesadillas. Un final en el que siempre ganemos.

A cambio, te explicaré la verdad de todas mis huidas.

Todos los viajes los hago contigo porque fuiste mi brújula antes de quemar las naves. 

La canción miente porque sí, porque te echaré de menos en septiembre, cuando el verano muera y ya no te importen las historias que te explico. Seguiré marcando ciudades en mi mapa, caminos de baldosas amarillas, playas malditas, mi tesoro escondido al final de todos los finales

Cuéntame un cuento en el que me enseñes a trepar a los árboles, en el que todo arda y se vean a lo lejos nuevos horizontes.

Y yo te explicaré la verdad de todas mis huidas sin ti.


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